Un nuevo estudio realizado sobre el calentamiento global, determino que el carbono negro y las partículas de hollín del humo aportan aproximadamente el doble de contaminación de lo que se había estimado anteriormente.
Si conseguimos controlar estas emisiones puede ofrecer beneficios para el clima más inmediatos que tratar de controlar el dióxido de carbono.
Las partículas negras de carbono que se encuentran en el aire están causando una sombra a la superficie de la Tierra mientras que al mismo tiempo se calienta la atmósfera. El carbono negro se está depositando en la superficie de la nieve y el hielo oscurece la superficie para absorber más luz solar y aumentar la fusión.
Por último, las partículas de hollín influyen en la formación de nubes en formas que pueden tener un gran impacto en el calentamiento o enfriamiento.
Efectos de deterioro causados por el carbón negro
Debido a la falta de medidas para reducir las emisiones de dióxido de carbono, la comunidad científica se está preguntando qué más podemos hacer, sobre todo para ayudar a lugares como el Ártico que se están derritiendo mucho más rápido de lo que habíamos anticipado.
Se espera que la reducción de las emisiones de carbono negro nos dé algún tiempo para poder intentar recuperarnos un poco, pero esto no es un sustituto ni tampoco la solución.
Mientras que el dióxido de carbono tiene una vida media de 100 años, el carbono negro permanece en la atmósfera durante sólo unos pocos días.
En la investigación se observó que regulando las emisiones de los motores diésel y sustituyendo estos por algunas estufas de leñas y carbón, se encontró un impacto de enfriamiento inmediato.
El utilizar la disminución del carbón negro como una solución temporal, pudiera frenar el cambio climático a corto plazo, pero no resolverá el problema a largo plazo.
Las emisiones de dióxido de carbono deben ser reducidas lo más urgente que podamos porque de lo contrario nos enfrentaremos a un problema grave e irreversible para la Tierra.