¿Cuál será el futuro del aire limpio?


El ozono es un contaminante adverso para la salud y un gas de efecto invernadero que atrapa el calor en la atmósfera terrestre.

La mayoría de los científicos no saben cómo frenar completamente las emisiones de los productos químicos para así mejorar la salud humana y mitigar también el cambio climático.

Los productos químicos, que son producidos a partir de fuentes tales como aviones, automóviles y fábricas, se convierten en ozono en presencia de luz solar y transportada posteriormente por el viento alrededor de nuestro planeta. Los productos químicos más comunes son el dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono e hidrocarburos sin metano.

Se realizó un estudio en las grandes regiones metropolitanas para cuantificar el impacto de estos productos químicos. En este estudio, Europa tenía un impacto menor que América del Norte.

El ozono fue más fuerte en regiones cálidas como los trópicos y regiones de Oriente Medio.

Las variaciones en los productos químicos que conducen a la producción de ozono son impulsados por la industria y la población humana.

Resultados del estudio de investigación

Los investigadores encontraron que los principales contribuyentes mundiales de gases invernaderos del ozono se encuentran en China y Estados Unidos.

El dióxido de nitrógeno es uno de los gases que más afecta al ozono, casi la cuarta parte  y estos principalmente son producidos por los humanos, como fábricas y transporte. Mientras que los aviones solo representan  un uno por ciento.

También encontraron que el dióxido de nitrógeno contribuye aproximadamente dos terceras partes del efecto de ozono gas de efecto invernadero en comparación con el  monóxido de carbono e hidrocarburos sin metano.

Los científicos sugieren mejorar la calidad del aire y así poder combatir el cambio climático en regiones más afectadas.

Controlar que el aire sea más limpio debe de ser una solución a corto plazo especialmente en países de desarrollo como China, donde los grandes problemas de contaminación son extremadamente graves.

La contribución de este estudio es de gran importancia porque se pudo separar los tipos de calor producido por los humanos y los combustibles fósiles. Esta información se podrá utilizar para mitigar el cambio climático y mejorar la calidad del aire.


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