¿Por qué residuo cero NO es la única solución?


Los datos sobre los desechos globales son alarmantes. El Banco Mundial estima que la producción de residuos aumentará de 2.010 millones de toneladas en 2016 a 3.400 millones de toneladas en 2050. Además, al menos el 33% de estos residuos se gestionan inapropiadamente a nivel mundial a través de vertidos o quemas a cielo abierto.

Está claro entonces que, para vivir un estilo de vida orientado a la sostenibilidad, la reducción de la generación de residuos es clave. Afortunadamente, nuestra sociedad está dando pasos progresivos hacia una reducción de residuos, tanto a nivel institucional (a través de prohibiciones y restricciones) como individual (cambiando los hábitos de consumo). Aquí es donde entra en juego la teoría del Residuo Cero.

¿Qué significa ser Residuo Cero?

¿Qué es exactamente Residuo Cero, o “Zero Waste”? Según la alianza internacional Zero Waste es la conservación de todos los recursos mediante la producción, el consumo, la reutilización y la recuperación responsables de productos, embalajes y materiales sin quemar, y sin descargas a la tierra, el agua o el aire que amenacen el medio ambiente o la salud humana”. (Zero Waste Europe)

En otras palabras, la teoría del Residuo Cero es básicamente mandar lo menos posible a los vertederos. Adherirse a este estilo de vida implicaría, por ejemplo, llevar tu propia bolsa de tela para comprar tus verduras en el supermercado en lugar de usar una nueva bolsa de plástico cada vez, o usar almohadillas de algodón reutilizables en lugar de las desechables.

Por qué ser Residuo Cero es fantástico

Vivimos en una economía de desechos. Los productos tienen un ciclo de vida lineal: se producen con los recursos limitados de la tierra y terminan en los vertederos. Basura Cero tiene como objetivo redefinir este sistema insostenible y pasar a una economía circular, en la que se da una segunda oportunidad a los productos, y así la basura se reduce enormemente, o incluso se elimina.

Pero ¿es la única solución? Seguir la filosofía Residuo Cero a nivel individual es muy deseable, ya que contribuye positivamente a reducir la sobreexplotación de los recursos y a disminuir el daño ambiental. Sin embargo, el verdadero problema no reside en nuestra responsabilidad individual. Como todos sabemos, son las grandes corporaciones las que tienen la última palabra.

Esto significa que el hecho de que guardemos nuestro contenedor de café para un uso futuro tiene un impacto positivo, pero ese impacto se ve anulado de manera abrumadora por la corporación cafetera gigante que explota la tierra y los recursos naturales de los países en desarrollo, utiliza métodos de transporte insostenibles o vierte enormes cantidades de residuos en el agua y los vertederos.

Un estudio realizado por el Carbon Majors Report destacó que tan sólo 100 empresas han sido responsables del 71% de las emisiones mundiales desde 1988. Desde el punto de vista de una persona consciente del medio ambiente, esas cifras son desalentadoras, y pueden hacernos sentir inútiles en nuestra lucha por salvar el medio ambiente. Pero puede haber esperanza.

Entonces, ¿qué puedo hacer?

Aunque de ninguna manera debes dejar de ser consciente de tu generación de residuos, también es hora de revertir radicalmente nuestro sistema de consumo insostenible. Esto no se puede hacer de la noche a la mañana, pero podemos dar pequeños y progresivos pasos y acciones hacia ese cambio necesario y urgente.

Sí, nuestras acciones individuales no contrarrestarán fácilmente el daño a gran escala que las grandes corporaciones están haciendo a nuestro medio ambiente. Sin embargo, esas empresas en última instancia venden sus productos a nosotros, los consumidores, por lo que podemos tener un gran impacto en la forma en que hacen negocios, en su ética ambiental, en sus prácticas de sostenibilidad, o incluso en su supervivencia como empresa.

Aquí hay algunas formas en las que puedes ayudar a impulsar la compra y los negocios sostenibles.

Compra local

Comprar de forma local tiene muchas ventajas. Los productos locales no sólo reducen el embalaje y los residuos, sino también las distancias de transporte y envío, y por lo tanto el consumo de combustible y las emisiones de Co2. Además, aunque no está estrictamente orientado al medio ambiente, ayuda a la economía local, y por lo tanto a sus empresas y trabajadores.

Compra conscientemente: no te dejes llevar

Muchas empresas que se enfocan en la venta masiva (especialmente en la industria de la moda rápida) se aprovechan de nuestras emociones y sentimientos para que compremos impulsivamente. Algunos de los métodos que utilizan son las tendencias de moda que cambian rápidamente, la música alta en sus tiendas, la publicidad agresiva y, lo más importante, las ventas y promociones repetitivas. Para contrarrestar esta influencia, debemos ser racionales a la hora de comprar.

Pregúntate a ti mismo: ¿realmente necesito esa prenda? ¿Es duradera? ¿O la tiraré en un par de meses? Muchas veces, nos encontramos comprando lo que parece un producto atractivo, pero muy pronto se vuelve obsoleto, pasado de moda o inútil.

Se curioso: ¡investiga!

Sé que no suena fácil, pero poner un poco de tiempo al principio es un gran paso. Una vez que encuentres esas plataformas online (como Kendani.com), tiendas y mercados respetuosos con el medio ambiente, adoptarás el hábito de comprar de forma sostenible. Visita tu supermercado ecológico local de vez en cuando u organiza un plan divertido con tus amigos a tu tienda de segunda mano favorita.

Por otro lado, si no puedes cambiar a tiendas totalmente sostenibles, puedes investigar sobre las marcas a las que compras. Busca las formas en que envían sus productos, su ética comercial y su impacto ambiental. ¿Están cambiando a envases compostables? ¿Qué tipo de telas utilizan? ¿Respetan las leyes ambientales y sociales?

Sigue reduciendo los residuos

Y, por supuesto, apunta a la reducción de residuos. Al final, todos deberíamos colaborar en la reducción de los residuos. Así que, puedes:

  • Utiliza una bolsa de tela para la compra
  • Usa una botella de agua reutilizable
  • Evita los envases de un solo uso
  • Compra de segunda mano
  • Evitar el uso de papel optando por medios digitales
  • Pide prestado antes de comprar
  • Haz compostaje con los residuos de comida…

Sigue tu instinto

No te agobies con todos estos consejos. Parece mucho, pero, al fin y al cabo, se trata de dar unos cuantos pasos progresivos hacia la conciencia ecológica. En otras palabras, una vez que cambies tu forma de pensar como consumidor, todo lo demás vendrá fácilmente.


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